El pasado 16 de noviembre, el programa Emprendex 2.0 Coto Brus cerró con una experiencia que dejó huella: un intercambio de vivencias en Biolley, Buenos Aires, donde la pasión por emprender se encontró con la fuerza del trabajo en comunidad.

Más que una gira, fue una oportunidad para aprender con el corazón y la mente, descubriendo cómo personas como nosotros han transformado retos en oportunidades. Desde la finca Bio Farms, con su modelo de negocio que impulsa el crecimiento colectivo, hasta el Parque Internacional La Amistad (PILA), donde la unión entre emprendedores y conservación ha creado nuevas rutas para el turismo rural.

Uno de los momentos más inspiradores fue el encuentro con Francisco “Pancho” Quesada, artista y artesano que convierte materiales desechados en obras que cuentan historias. Su visión nos recordó que la creatividad no tiene límites cuando se trabaja con propósito.

La jornada también nos llevó a La Oruga, donde además de disfrutar un almuerzo típico, conocimos el esfuerzo de la Asociación Artesana del Bosque y degustamos helados artesanales hechos con amor. Luego, en la Asociación de Mujeres Organizadas de Biolley (ASOMOBI), escuchamos relatos de lucha y esperanza, y descubrimos cómo el café y la hospitalidad se convierten en motores de desarrollo local.

El cierre fue en la Cervecería Artesanal Cerro Biolley, donde Jimmy Ureña nos enseñó que la pasión es el ingrediente secreto para crear productos únicos y conquistar clientes.

Cada historia, cada sonrisa y cada consejo compartido nos recordó que emprender no es solo un negocio: es un camino de perseverancia, creatividad y unión. Experiencias como esta nos inspiran a seguir adelante, a creer en nuestras ideas y a construir juntos un futuro donde el turismo rural y la innovación sean pilares del bienestar.

Destino Brunca y UNED seguirán promoviendo estos espacios para que más familias y comunidades crezcan, porque cuando compartimos conocimiento, sembramos desarrollo.